25.4.09

El pensamiento creativo

EL PENSAMIENTO CREATIVO Y LA INNOVACIÓN PARA EL DESARROLLO

Existen fructíferas relaciones entre creatividad, la innovación, el espíritu emprendedor y el desarrollo. La experiencia internacional ha demostrado que la generalización de estas actitudes mentales positivas es el camino más corto para alcanzar mejores niveles de crecimiento, tanto personal como colectivo.

Por Manuel Gross Osses


Se trata de 15 medidas concretas para fomentar el emprendimiento, estimular la innovación y la adopción de nuevas tecnologías, facilitar el acceso al crédito y fortalecer las instituciones fiscales y pro-competencia.

Un mayor crecimiento de largo plazo exige alzas sostenidas en la productividad, lo que se logra con mayor creatividad e innovación.

Sin embargo, siendo el mejoramiento de la educación un proceso nacional que está en marcha y que generará sus frutos en el largo plazo, es necesario que en el ámbito personal y en el más corto plazo seamos capaces de mejorar nuestras tradicionales actitudes de relativo desprecio por los fenómenos de la creatividad y de la innovación, que sin duda es una importante causa del bajo nivel de emprendimiento de la mayoría de las personas.

Aunque este tema es complejo y da para largo, como una manera de motivar algún interés inicial por lo que se denomina el pensamiento creativo, exponemos sintéticamente algunas actitudes positivas hacia la creatividad que las personas deberían desarrollar para mejorar sus capacidades de innovación y, a partir de éstas, adquirir nuevas potencialidades de emprendimiento, tanto en el ámbito social como en el económico.

1. La curiosidad. Es el deseo de conocer el "como" de muchas cosas, además del "por qué" y "para qué" son realizadas. Es la principal fuente de creatividad.

2. El desafío a lo establecido. A veces, al mirar más allá de lo acostumbrado, el emprendedor puede descubrir una nueva manera de hacer las cosas, más eficiente y satisfactoria.

3. El descontento constructivo. Es la fuerza que mueve a los solucionadores de problemas, siempre dispuestos a arreglar las cosas que funcionan mal.

4. La confianza en que todos los problemas tienen alguna solución, y buscarla hasta alcanzarla.

5. La habilidad de no prejuiciar ni criticar anticipadamente, porque muchas ideas, extrañas al principio, pueden ser muy valiosas una vez implementadas.

Otras actitudes positivas son las siguientes:

6. Ver lo bueno que está dentro de lo malo.

7. Los problemas conducen a los mejoramientos.

8. Un problema puede ser una oportunidad.

9. Los problemas deben ser emocionalmente aceptables.


Existen fructíferas relaciones entre creatividad, la innovación, el espíritu emprendedor y el desarrollo. La experiencia internacional ha demostrado que la generalización de estas actitudes mentales positivas es el camino más corto para alcanzar mejores niveles de crecimiento, tanto personal como colectivo.


PRIMEROS PASOS EN LA CREATIVIDAD E INNOVACIÓN


"Toda la enseñanza clásica se nutre de conceptos, técnicas y herramientas principalmente basadas en el análisis, la lógica y la estructuración. Consecuentemente, muchos de nosotros nos encontramos "bloqueados" para generar alternativas creativas. Conocer el proceso creativo y sus técnicas nos permitirá desarrollar una parte de nuestra capacidad potencial que redundará en propuestas creativas. Sin embargo, ser creativo no es ser innovador. La innovación es creatividad aplicada.


Para ser creativo e innovador es necesario que vayamos más allá del proceso creativo y sus técnicas. La innovación tiene relación directa con la implementación. Theodore Levitt se refería a la creatividad e innovación diciendo: "Creatividad es pensar cosas nuevas. Innovación es hacer cosas nuevas. Las ideas son inútiles a menos que sean usadas. La prueba de su valor está en su implementación."


El proceso creativo y la innovación tienen una estrecha relación con el proceso de toma de decisiones. En general, podríamos decir que la creatividad es más importante en las primeras etapas, cuando el proceso divergente es más necesario. Luego, cuando entramos en acción, la creatividad se convierte en innovación, esto forma parte de la implementación.


En las organizaciones hay individuos creativos e individuos innovadores, pero a veces no son la misma persona. Existen innovadores que toman ideas de otros y las llevan a la práctica. El individuo innovador se basa en la teoría de que el cambio es algo normal y saludable. No lo ve como una amenaza, un enemigo contra el cual tiene que luchar. Adoptar la innovación implica una búsqueda continua y sistemática del cambio con el propósito de adaptar las estrategias y los planes a la nueva realidad.


La creencia común es que el innovador es arriesgado, y en cierta medida lo es. Si no, observemos la lista de víctimas en el campo de la alta tecnología, donde se invierten millones de dólares en proyectos que, en un principio, tienen un alto porcentaje de incertidumbre. Pero quizá sea más arriesgao buscar la optimización en campos donde el mercado ya está dando señales de cambio.


Un ejemplo concreto del riesgo en optimizar lo existente, en lugar de apuntar hacia las nuevas necesidades, lo tenemos en el mercado de la computación. IBM mantuvo su mira en el hardware y Microsoft apuntó al software. Uno se orientó a optimizar lo existente, el otro a innovar atendiendo el mercado. La ventaja de la innovación en este ejemplo, por ahora, es clara."

Autor: Jorge Alberto Ponte, Contador Auditor, argentino.


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